Cada uno tiene una o varias funciones específicas en el organismo.
Algunas de ellas son: mantenimiento de la vista y la piel (vitamina A), mantenimiento de huesos y dientes (vitamina D y calcio); formación de glóbulos rojos (hierro, ácido fólico, vitamina B12); aumento de la resistencia a infecciones (vitaminas A y C); regulación de los líquidos corporales (sodio y potasio); actividad muscular (calcio y magnesio).